Aunque los preceptos constitucionales han vuelto obligatorio
el nivel medio superior y los anteriores a éste, las políticas educativas deben
sustentar el derecho a una educación de calidad para todos, que erradique la
desigualdad entre instituciones, entre sectores sociales y entre los géneros.
La calidad es el centro de la educación, se refiere a atender las necesidades
básicas del aprendizaje y enriquecer la existencia del educando dentro y fuera
del aula (UNESCO, 2000).
La calidad educativa comprende los rubros de cobertura,
equidad, eficacia, eficiencia, pertinencia y movilidad. Estos criterios son
útiles para comprobar los avances de un sistema educativo, pero deben verse
también a la luz del desarrollo de los alumnos, de los requerimientos de la
sociedad y de las demandas del entorno internacional
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